Sí, el pollo puede contener histamina, aunque el contenido de histamina en el pollo fresco es bajo en comparación con otros alimentos como el pescado o los mariscos. La histamina es una sustancia química natural que se forma en los alimentos cuando las bacterias descomponen las proteínas.
El contenido de histamina en el pollo puede aumentar cuando se almacena a temperaturas cálidas durante períodos prolongados de tiempo, especialmente si se deja descongelar a temperatura ambiente. Además, el pollo que ha sido mal manipulado o que está en mal estado también puede tener niveles elevados de histamina.
La intolerancia a la histamina puede producir síntomas como enrojecimiento de la piel, urticaria, picazón, hinchazón, dolor abdominal, diarrea, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, mareo y taquicardia.
Para reducir el riesgo de intoxicación por histamina, es importante comprar pollo fresco de una fuente confiable, asegurarse de que se manipule adecuadamente y almacenarlo a temperaturas frías. El pollo que ha sido cocido y se almacena en el refrigerador se debe consumir en un plazo de 3 a 4 días. Si sospechas que eres intolerante a la histamina o si tienes síntomas después de comer pollo, es posible que debas hablar con un profesional de la salud.