Los arándanos deshidratados son una fuente concentrada de nutrientes, pero también contienen una mayor cantidad de calorías en comparación con los arándanos frescos debido a la pérdida de agua durante el proceso de deshidratación. Esto significa que, en términos generales, los arándanos deshidratados tienen más calorías por peso que los arándanos frescos.
Sin embargo, la cantidad de arándanos deshidratados que consumes en comparación con los arándanos frescos puede variar considerablemente debido a la diferencia en su densidad y tamaño. Por ejemplo, una porción típica de arándanos frescos puede ser de 1 taza, mientras que una porción de arándanos deshidratados puede ser solo una pequeña porción, como 1/4 de taza.
Si bien los arándanos deshidratados son más calóricos, pueden seguir siendo parte de una dieta equilibrada si se consumen con moderación y como parte de una ingesta calórica total adecuada para tus necesidades individuales. Además, los arándanos deshidratados conservan la mayoría de los nutrientes de los arándanos frescos, como las vitaminas, los minerales y los antioxidantes.
Es importante recordar que el aumento o la pérdida de peso dependen de varios factores, como el equilibrio energético total, que se basa en la ingesta calórica total y el gasto energético. Si consumes arándanos deshidratados dentro de un plan de alimentación equilibrado y controlas tu ingesta calórica total, no deberían provocar un aumento de peso significativo.
Sin embargo, siempre es recomendable escuchar a tu cuerpo, moderar el consumo de alimentos y consultar a un profesional de la salud o un nutricionista para obtener recomendaciones específicas y personalizadas según tus necesidades y objetivos individuales.